domingo, 5 de abril de 2015

Diario de una Mamá Independiente II: Auto

Mientras tengo un exquisito aroma a brocolli en el departamento (ok, no, este lugar apesta a rayos) les cuento. Debido a mis peripecias en micro con este cambio radical de casa, me decidí a sacar la licencia.


El auto:
Mi primer contacto con un automóvil fue con el que tenía mi papá: Un Peugeot 504 modelo familiar, tres cuerpos de asientos más maletero, lo que lo hacía un auto gigante (no grande, gigante en serio) en el que me pegué grandes vacaciones, viajes al colegio, viajes a todos los lugares posibles o siquiera sólo para quedarme en el asiento de atrás mirando el techo pensando en que algún día, ese auto iba a ser mío y lo manejaría pro-mente.
El auto era más o menos así:

Incluso del mismo color. La cosa es, que esto nunca pasó. 
Cuando mi papá se enfermó de gravedad, el auto se le hizo muy pesado para manejar (era increíblemente duro) y terminó en manos de el abuelo de una compañera de colegio. Aún debe estar en funcionamiento.
Mi primo tuvo un Volskwagen Amazon del 89. Nunca pensé en manejarlo porque nunca pensé que fuera a terminar en mis manos. Por ahí debe andar.
Bueno, la cosa es que estos autos se vendieron para dar paso a un Hyundai Accent plomo. Hay autos típicos y este. Nunca me gustó. En el final de los tiempos, siempre dio problemas. Ahora lo tiene la mamá de mi ex y sigue malo (mua-ja-ja).
Ahora, mi pareja/pierna/pololo/partner (necesito un nombre a lo Carrie Bradshaw para él, propongan) se compró un Citroen ZX que es igual de pesado que el Peugeot, es grande, es viejito y es el auto común. Todo para que pudiera moverme con facilidad cuando él vivía lejos. Pero ahora que vivimos juntos, es para moverme con facilidad al colegio.
Vuelvo hacia atrás

El manejo:
La primera vez que manejé un auto, ya como “clases de manejo” fue con un compañero de colegio, que me enseñó una vez porque agarré ese gustito por la velocidad que tengo hasta el día de hoy que me llevó a tomar unas curvas muy rápido hasta levantar el auto y terminar estampada en el arbustito de mi casa. Creo que se traumó un poco.
Desde entonces que volvió el gusto por manejar, pero no fue hasta hace poco que tomé el curso.
Con todas las ganas, me levantaba temprano, llegaba a tiempo, di mis clases teoricas (aunque creo que me dormí un rato en dos), me fui de vacaciones y empecé con las prácticas. Y fue como si hubiese sabido manejar toda mi vida.
Manejar en Santiago es un asquete. Si eres estresado, no tengas un auto. Aunque el consejo en general es no salgas de tu casa a no ser que te vayas a vivir a regiones. La gente vive apurada, bocinazos por aquí, chuchadas por acá. Pero por sobre todo, el respeto no existe. Yo, en mi auto en práctica, fui mirada con lástima hasta por los peatones. Malditos Fuckers. Oh wait, ahora entiendo porque no hay respeto si lo único que quieres después de hacer un curso es vengarte de todos estos putos que te miraron en menos.
Imaginen la combinación: Mujer, auto y en práctica. Betches.
En fin.

La licencia:
Después de mucho tiempo (y los viajes como el orto que pasé el otro día) fuimos con mi pareja a la municipalidad, que OJO es más rápido de lo que uno piensa.
Llegamos temprano, hicimos la fila fuera de la muni, sacamos numerito y empezó a salir una voz que decía "TODOS los trámites necesitan fotocopia del carnet de identidad. En la cafetería puede sacar la suya". los 70 pelotudos que estábamos en la fila, haciendo otra fila para forrar con 100 pesos cada uno (en algunos casos 150, porque incluía la licencia de conducir) al viejo de la cafetería, que tenía una cara de satisfacción por el trabajo otorgado que ni les cuento. Así que lleven siempre una fotocopia de su carnet o forran al cafetero.
Esperamos viendo el Mañaneros… aunque mas bien fue un documental viejo de Biografías en el que mostraban la vida de Farkas haciendolo pasar por nota de Mañaneros. No importa. Gracias a algunos giles pollos que, a pesar de levantarse temprano a hacer la fila, se fueron dejando números sin ocupar, me llamaron y esta fue la conversación:
Tipa de la Muni: ¿Viene por primera vez?
Yo: Sí, aquí están los papeles. (Me sentí cohibida con su mirada de “aw, ternurita”)
Tipa de la muni: Ya deme un minuto. *tecleo constante de mis datos en la computadora* Por favor, lea y firme estos papeles.
Un papeleo pequeño con mis datos en el que juro solemnemente que mis intenciones no son… wait… no, juro que vivo en la comuna deseada y que seré juzgada y multada de lo contrario. Nada mucho. Firmé y devolví.
Tipa de la muni: Ya, ahora tiene que pagar su certificado de antecedentes y esperar a que la llamen:
Yo: Disculpe, Llamen…¿Para qué?
Tipa de la muni: Para el exámen médico y teórico pues. Vaya a pagar.
Entré en maldito pánico. NO ESTUDIE UNA CHANCLETA. Infórmese, si va a sacar su licencia por primera vez le hacen TODO altiro… Instrúyase antes de ir o vaya fresquito de la academia, no como yo.
El médico fue directo. Demasiado directo:
Médico: Pase.
Yo: Hol...
Médico: Deje los papeles ahí, la mochila en el suelo y siéntese en la prueba de las tijeras. Sin salirse, tómese su tiempo.
Yo: Ok. Yes Captain, my captain... Mientras hice eso, intentó distraerme con preguntas de la vida.
Médico: Ahora test de reacción, cuando de la luz roja pise el freno.
Yo: Ok. Pensé que no lo pasaría, pero sin el pito épico que pegaba la máquina de la autoescuela, fue maravilloso.
Médico: Ahora pase al exámen de visión y dígame que ve con la frente pegada a la parte de arriba de la máquina.
Yo: Ok. La máquina me quedaba muy alta, así que por hacerme la interesante me puse mas erguida. El problema fue que en un minuto me preguntó por unas figuras que estaban muy arriba de mi visión porque yo tenía la cabeza muy arriba. Baja los humos Carola y concéntrate.
Médico: Por último pase al de audición y dígame de que lado viene el sonido.
Yo. Ok. Pititos rancios por el oído izquierdo o derecho. Nada mas que eso.
Médico: Aprobada, la van a llamar del teórico.
Pesqué mis cosas y salí corriendo. Mi pareja no se saltó el examen de una placa que gira y tu le achuntas a los circulitos. Gracias al cielo que no me hicieron ese exámen o hubiese tirado todo por el lado de los quesos.
El teórico bastante bien. 36 de 38 puntos. 33 para aprobar. Me sentí bien después de todo esto. Me sentí lista, pero se viene el práctico.


La práctica:
En resumidas cuentas, el estacionamiento de mi depto es muy pequeño para el Citroen y me demoré una hora entre sacarlo y volverlo a meter a su lugar. Y eso que no estaba el auto del estacionamiento de al lado. No se como lo voy a hacer el dia D. Y ahora estoy escribiendo esto en vez de practicar porque desde ayer que menciono la frase “Salir en auto”, mi pierna izquierda se pone lacia y tiembla.
Pero fue solo eso, el resto en la calle soy toda una pro. No mentira, no tanto, pero al menos podría pasar.


Así que les cuento que pasó. Pero será en otra ocasión.

Actualización
PD: Pasé el exámen práctico :D Ahora soy un peligro al volante :D

No hay comentarios:

Publicar un comentario