miércoles, 15 de abril de 2015

Esta (No) es mi Historia: Capitulo I

Si se quiere imaginar el tema, pongase algo así de fondo, un poco de tomas en sepia y vestidos de la época.



Julio Bañados, abogado y político chileno, Ministro de Justicia, del Interior, de Guerra y Marina en el gobierno de J.Manuel Balmaceda, de Obras Públicas en el de Federico Errázuriz, Diputado de Ovalle hasta el día de su muerte y declaró como obligación la Educación física en toda la enseñanza básica y media. Pero por sobre todo, es el nombre de la calle ubicada en Quinta Normal donde nació mi mamá.


Mi abuela era dueña de casa, profesora en su época a pesar de que no tenía estudios al respecto, todo lo aprendió leyendo diarios, revistas, libros. Tuvo unos ocho hijos, de los cuales cinco lograron sobrevivir más de un año, cuatro niñas y un varón. Mi mamá es la número cuatro de los cinco.
Vivían cómodamente, en ese entonces, en lo que era un terreno sin pavimentar, cerca de una zanja, un barrio en el que todos conocían a mi abuela como Señora. Ella siempre anduvo con la frente en alto y así enseñó a sus hijos. Mi abuelo trabajaba fuera de Santiago y tenía otra vida fuera de Santiago. Según lo que me dijeron, ésto nunca molestó mucho a mi abuela ya que nunca les faltó nada porque mi abuelo siempre mandó la plata a tiempo para que eso no pasara.
Las pocas veces que se aparecía por la casa, se le recibió bien, pero no con cariño, que es algo obvio.
Una vez, mi abuelo le exigió un saludo de beso a mi mamá, a lo que ella respondió “Apenas le veo la nariz, ¿usted cree que por mandar plata se gana el afecto? No, señor”


Pero a pesar de todo, la infancia fue algo muy agradable. Jugaban en la calle donde pasaban carretones con caballos (si, los autos aún no eran tan masivos, menos en esas poblaciones), iban al liceo en patota con el mismo par de zapatos hasta que les quedaran chicos. A veces tenían suerte y unos de los carretones que los conocía, los acercaba al colegio. Otras se iban en micro, que eran más furgones que micros tal y como las conocemos hoy. Pero la pasaban bien.


La hermana mayor, Rosa, sabía coser. Ella les hacía trajes y vestiditos, les remendaba la ropa y los zapatos para que les duraran mas, las peinaba bien y las ayudaba en muchas cosas.
La gente quería harto a la familia en general, ya que mi abuela era una persona muy fina y educada. Ayudaba como podía a las vecinas. Supongo que chismeaba igual que todas en esa época. Bueno, entre toda esta gente había una señora que quería mucho a la Norita, mi mamá, así que le mandaba ropa, creo que de la hija, muy fina ya que ella tenía mucho dinero. Esta le terminaba sirviendo también a María, la menor, que no se separaba de mi mamá ya que tenían una diferencia de edad muy chica. Se vestían iguales, se peinaban iguales, todo.


¿Por qué hablé de la zanja? Porque más de alguna vez terminaron metidas adentro por cruzarla saltando y fallar en el intento. Eso les costaba palmadas a poto pelado y a lavar la ropa sucia que la abuela “no era ná la nana”.


Sus vecinos mas cercanos, con los que mantienen una amistad hasta el día de hoy, eran las Lopez. Otra familia numerosa pero bastante parecida. Salían a jugar a la calle al tombo, a la cuerda, a veces tenían competencia de quién enceraba mejor la casa, curiosamente eran hombres contra mujeres, ¿Algo mejor?


Para que voy a decir menos… Jugaron todos hasta más allá de la adolescencia, a pesar de que algunas amigas de la familia ya se habían casado con 14, 15 años. Y como a esa edad, la familia se cambió a la casa ubicada en Cañete. Las cosas no cambiaron mucho, pero por ahí mismo, les gustaba irse a las casas de los vecinos al “mambo”. Ponían la radio o el tocadiscos y bailaban chachacha hasta que empezaba a oscurecerse. Si ya no había sol, la abuela llegaba a buscarlas de las mechas.


A veces las invitaban al cine a ver la serie de moda. Podía ser El Zorro, podía ser una de vaqueros… La que sea, pero casi siempre las invitaban la serie completa porque si no, no servía. Me explico. El cine, o lo que se podía decir cine, tenía su matiné donde transmitía series por capítulos, lo que ahora se hace mucho más fácil con la tele.


Por esta época, fue cuando apareció mi papá a rondar la casa. Habían otros que ya querían casarse con ella, ya que era la mejor parecida de las hijas de mi abuela. Aunque curiosamente, todas concuerdan con que la mas fina, era su hermana Silvia, la del medio. Ella va a tomar parte importante de la historia en algún momento, así que recuérdenla. La cosa es que la primera vez que mi papá le fue a pedir su mano, mi mamá dijo que no. ¿Por qué? Porque mi papá era lo suficientemente celoso y no se molestaba en ocultarlo. A tal punto que le dijo “Si te casas conmigo, te tendría en una jaula de oro” Refiriéndose a que la tendría con todas las comodidades pero siempre y cuando ella se quedara en la casa sirviéndole sólo a él. Admito que mi mamá tuvo toda la razón al decirle que no.


Todas tuvieron sus pretendientes. El problema era que parece que a mi abuela no le gustaba ninguno…

Ya les contaré en otra ocasión...

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